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Verso favorito

Crecí asistiendo al edificio de una iglesia Cristiana los Domingos. Recuerdo las clases de escuela dominical y reuniones de grupos de jóvenes. Mi abuelita solía llevarnos a mis hermanas y a mí todos los Domingos mientras vivíamos con ella en Perú. Mi mamá tomó ese trabajo años después. La iglesia, la fe y Dios, el creador del cielo y la tierra, han sido parte de mi vida desde mi infancia.

La Palabra de Dios, la Biblia o las Escrituras, también han sido parte de mi vida. Fui a una escuela secundaria cristiana y recuerdo memorizar pasajes de la Biblia semanalmente. Todavía recuerdo algunos de los versos que memoricé. Pero el versículo de la Biblia que más recuerdo es el que mi abuela me enseño.

El pasaje es famoso y es del libro de Jeremías 33:3 (RVC) y dice: “Clama a mí y yo te responderé; te daré a conocer cosas grandes y maravillosas que tú no conoces.” No estoy seguro si la abuela conocía el papel del profeta Jeremías y el contexto en el que se desarrolla este pasaje. Pero ella sabía que podía llamar o orar a Dios en cualquier momento y Dios respondería, ¿por qué? ¡Porque Él prometió hacerlo!

Jeremías fue un mensajero (un profeta) de la justicia y la gracia de Dios. Su trabajo era advertir al pueblo de Dios (Israel) del juicio de Dios si no se arrepentían de sus malos caminos, la idolatría, y regresaban al Señor su Dios. Jeremías predijo o profetizó que el imperio de Babilonia vendría como siervo de Dios para traer este juicio sobre Israel al destruir Jerusalén y llevar al pueblo al exilio. Y, lamentablemente, esto se hizo realidad. El arrepentimiento es un gran tema en la Biblia y es el tema principal en Jeremías y significa detenernos y volvernos de nuestros malos caminos (no amar a Dios como Señor y a nuestro prójimo como Dios nos ama) hacia Dios. Debido a este mensaje, Jeremías no tenía muchos amigos y soportó la soledad y el rechazo. Pero además del mensaje de juicio, Jeremías también habló de esperanza.

En los capítulos 30-33 escuchamos la esperanza de Dios para el futuro de Israel. Dios renovaría su pacto con ellos y transformaría sus corazones. Dios anima a Jeremías y al pueblo de Israel a llamar a Dios o a orar. Y Dios prometió que responderá al llamado de su pueblo. En este pasaje, Dios muestra que no ha abandonado a su pueblo.

Tú y yo nos convertimos en hijos de Dios cuando Dios nos dio la fe en Jesús y cuando nos bautizamos. Somos su pueblo y su ánimo y promesa es nuestro hoy. Clama a Dios y Él te responderá. ¿Por qué? Porque Dios, el que formó la tierra, es fiel a su palabra. ¡Creo que la abuela sabía esto!

¿Cuál es tu verso favorito? ¿Tienes uno? ¿Por qué es tu verso favorito? Comparte tu verso favorito en los comentarios. Te veo la próxima semana.
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